miércoles, 27 de julio de 2016

"LOS GENIECILLOS DOMINICALES" DE RIBEYRO ( REEDICIÓN - BIZARRO EDITORIAL)

Editorial Bizarro

En relación con  las reediciones de libros, alguna vez leí que tan  importante  como la  publicación de novedades,  también lo era  reedición de libros cuya validez necesitaba actualizarse en el referente de los lectores. Y que esta preocupación  incluía a las editoriales, librerías y a la crítica en general.
Las reediciones – decía la nota - daban la posibilidad de redescubrir lo que el almanaque había dejado perdido en el camino de la constante actividad literaria, a pesar de la valía de la obra. Una reedición (con toda la movida literaria que implicaba) recuperaba una obra para colocarla en la mesa de novedades de manera que  las nuevas generaciones tenían la oportunidad de reencontrarse con ella.
Es en este sentido que me permito destacar la labor de Editorial Bizarro que ha tenido a bien reeditar la novela de Julio Ramón Ribeyro, Los geniecillos dominicales.  
Tengo en mis manos una pulcra edición enriquecida con un prólogo acucioso de Mario Vargas Llosa y al que se le agregan – al final de la novela -  varios comentarios valiosos de Sebastián Salazar Bondy, Maynor Freyre, José Medina, Eleodoro Vargas Vicuña, Jorge Coaguila, entre otros.

La llegada de esta reedición me motivó a releer esta contundente novela y confirmar por qué fue galardonada con el Premio Expreso-Populibros en 1965. Confieso que por lo general – seguro como muchos admiradores de Ribeyro -  enlazo lo mejor del cuento peruano con Ribeyro; sin embargo, luego de reencontrarme con la trama, los personajes y la atmósfera de esta novela no me queda más que reconvenirme por la ligereza de la memoria. Ribeyro es un referente inobjetable de un gran escritor en todos los géneros que abordó.  
La tarde en que terminé de releer Los geniecillos dominicales, mientras caminaba por la ciudad para despejarme un poco  y de paso le echaba una mirada a la gente que iba y venía por las siempre algo apagadas calles de Lima no me hubiera sorprendido encontrarme con una actualización de Ludo Totem, Pirulo, Cucho o Manolo, los personajes de la novela. Después de todo, como ya se sabe,  la historia y los personajes de una buena novela suelen inmortalizarse en el universo de la literatura. He allí la contundencia de un gran escritor.
Para quienes no hayan aún leído Los geniecillos dominicales esta es una buena oportunidad para leerla; para los que ya la han leído, les aseguro que vale la pena darse un tiempo para reencontrarse con el universo de Ribeyro.
 Mis felicitaciones a editorial Bizarro por la reedición.


NI UNA MENOS (MARCHA NACIONAL 13 DE AGOSTO)



Por supuesto que me aúno a todos los que han demostrado su indignación en torno a los vergonzosos y recientes hechos en donde la Justicia peruana ha vuelto a convertirse en cómplice del delito cuando dictaminó  la libertad de quienes – para vergüenza del país  - habían cometido la ignominia de golpear hasta la  barbarie a sus parejas.  No puede haber tecnicismo que pueda justificar estos hechos que, incluso,  habían sido grabados: las imágenes son irrefutables. Y si hubiera alguna excusa legal, un resquicio tenebroso por donde viene supurando la purulencia del legalismo, pues entonces ya es hora de eliminar esos recovecos vergonzosos. Por eso mi solidaridad con toda la campaña denominada: # Ni una menos

Transcribo una nota que encontré en el diario La República que resume lo sucedido y amplía el panorama de lo que debería abarcar esta campaña, Aunque ya hay muchos artículos y documentos  que vienen consolidando este movimiento, aporto transcribiendo esta nota:

Si Lisbeth Salander (la protagonista de la saga Millenium) hubiera  conocido a los miembros del tribunal penal colegiado de Ayacucho que pusieron en  libertad  al sujeto que, desnudo como sus intenciones, arrastró de los cabellos a Cindy Arlette Contreras en un hotel de Huamanga, probablemente los hubiera puesto primeritos en su lista de venganzas personales.Pero no, Los hombres que no amaban a las mujeres, la célebre novela de Steig Larson, no tiene un vergonzoso  capítulo en el que unos jueces niegan con descaro una agresión que todo el mundo vio claramente  en un video que ellos, sospechosamente, no han querido admitir como prueba.Ha sido justamente la decisión de estos jueces (María Pacheco Neyra, Nazario Turpo Coapaza y Edgar Sauñe de la Cruz) lo que ha desencadenado una reacción  masiva de indignación y, de inmediato, la convocatoria de una marcha contra la violencia  contra la mujer para el próximo trece de agosto.Pero la violencia contra la mujer reviste muchas formas, dese ese piropo callejero que nade ha pedido y que viola  el derecho a la tranquilidad y el libre tránsito, hasta el feminicidio, pasando por el acoso sexual en el trabajo y las agresiones verbales dentro de las parejas.Sin embargo, la forma de violencia más vergonzosa está en nuestras propias cabezas, cuando, ante cualquier agresión a una mujer, preguntamos qué ropa usaba, si provocó o no al  agresor o si se expuso.
Es hora ya de que dejemos de culpar a la víctima. Si tanto nos llenamos la boca con el anhelo de consolidarnos como un país civilizado pues empecemos de una vez  erradicando – entre otros lastres – ideas  absurdas como esta.
Seguro que va a ser difícil asumir  que el camino a la libertad plena implica también la obligación de superar nuestras torpezas.
          Lo subrayado es personal 



Más allá de lo que se pueda argumentar con el fin de moderar los ánimos que se han encendido en torno a la violencia contra la mujer, estas son las cifras contundentes que nos indican la gravedad del tema:
- Cada mes de 2016, más de 4 mil niñas y adultas fueron violentadas con golpes, acoso, abuso  o daños psicológicos. 
- Entre enero y julio de este año  se han registrado 32, 588 casos a nivel nacional.
- Se calcula que un 15% de las víctimas no quiso interponer  la denuncia por consideraron que el daño era leve o porque, lamentablemente, daban por hecho que de nada les iba a servir.